Creo que empezaré de uno o de cero.
Hoy sembraré rosas, dalias y azucenas,
inyectando en el torrente de mis venas
la alegría de ser un ordinario jardinero.
Creo que hablaré más de la existencia
de la luz de verme alegre y satisfecho
disfrutando las vivencias de mi pecho,
que sabe trascender por la conciencia.